jueves, 17 de noviembre de 2011

Gigantes de Acero

Imposible negar que la primera impresión que me llevé de este filme, meses atrás al ver sus avances, no fue la mejor. Por un lado, pensé que era un producto destinado exclusivamente a los niños o pre-adolescentes, y por otro, que estos productores yanquis ya no saben qué inventar: robots boxeadores...?? "Qué idea tan traída de los pelos!!", fue lo que me pasó por la cabeza instantáneamente. Y por supuesto, muy pocas fueron mis intenciones en aquél momento de ver esto, salvo quizás algún día en algún DVD alquilado o prestado.

Pero hete aquí que finalmente me han convencido de ir al viejo Cine Español de nuestra ciudad de Chivilcoy a ver esta obra del director canadiense Shawn Levy, conocido por haber dirigido "Una Noche en el Museo" y su posterior secuela. Y vaya gratísima experiencia que ha resultado! "Gigantes de Acero" ("Real Steel" en el original) es un muy buen producto, un enorme entretenimiento cinematográfico, excelentemente filmado y muy bien actuado por la pareja central que componen padre e hijo, Charlie y Max Kenton, personajes encarnados por el australiano Hugh Jackman -a quien vimos en la saga "X-Men", en la grandiosa "Van Helsing" o en "El Truco Final"- y por el pequeño actor canadiense de doce años, Dakota Goyo.

La acción se desarrolla en un futuro cercano, en el cual han pasado a ser moneda corriente los combates entre robots manejados por humanos, peleas en las cuales se apuesta mucho dinero, y que han pasado a ser un enorme negocio para quienes saben aprovecharlo. Charlie Kenton es un buscavidas que vive estrictamente el hoy, dejando a su paso un tendal de deudas de juego. Charlie ha estado en el negocio de las peleas de robots desde que dejó la actividad del boxeo, donde supo destacarse años antes, aunque sin llegar a ser un gran campeón.

Charlie viene cuesta abajo en su economía, y sus robots son vencidos y destruídos en las contiendas, hasta que se entera que una ex pareja suya con la cual tuvo un hijo (Max) ha fallecido; y que debe presentarse a una audiencia para firmar los documentos en los que cede los derechos de tenencia del niño a su ex cuñada. Charlie ve la oportunidad de sacarle dinero al esposo de su ex cuñada para firmar dichos papeles, pero igualmente deberá pasar un corto período de tiempo en compañía del pequeño Max, ante un viaje previamente programado que los futuros tutores deben hacer.

En un primer momento, la relación padre - hijo parece estar muy dañada y muy lejos de recomponerse, pero la pasión del pequeño por los robots y por los combates, lo lleva a interesarse paulatinamente en la personalidad de su padre, y en el submundo en el que éste se halla envuelto. Una noche, buscando partes en desuso para poder armar un nuevo robot, encontrarán por accidente a Atom, un viejo modelo de entrenamiento, semi enterrado en un desarmadero. Pese a la inicial negativa de Charlie, Max se llevará consigo al robot, lo pondrá en condiciones, y pronto descubrirá que Atom posee algo más que las cibernéticas y heladas características de sus congéneres.

De allí en más, Max comenzará a insistirle a Charlie para que ponga a Atom a pelear contra otros robots, al tiempo que va incrementando y humanizando su relación con el hombre de acero. Charlie ve que Atom es viejo y resistente, pero más pequeño que los demás robots de combate, y aunque en un principio se niega terminantemente, pronto descubrirá que Atom -algunas enseñanzas mediante- puede lograr algo mucho más importante que lo que su viejo y deteriorado aspecto hace suponer...

Los efectos visuales de "Gigantes de Acero" son el gran fuerte de la película: los robots interactúan con los actores en brillante perfección de imágenes, desparramando una colorida violencia por momentos no exenta de humor (la escena del combate contra el frankesteniano humanoide de los punks es antológica!). La duración del film (poco más de dos horas) se escurre como agua entre los dedos, claro ejemplo de que el producto es sumamente entretenido y llevadero.

Las actuaciones son también muy sólidas, especialmente la del carismático Jackman, quien le aporta gran credibilidad a su personaje de truhán de poca monta luego conmovido por el amor de y hacia su hijo; y la del jovencísimo Dakota Goyo, el apasionado descubridor del gran Atom. En contrario de lo que se puede imaginar a priori, éste no es un film hueco ni vacío de mensaje, sino todo lo contrario; es más, Atom es un gigante de acero, pero sus guiños de humanismo son permanentes.

Absolutamente recomendable para cualquier clase de público, "Gigantes de Acero" demuestra y justifica el porqué de su gran éxito comercial en las salas. Un grandioso esparcimiento cinematográfico que vale plenamente el rato que se pasa en el cine, y que te hace salir a la calle con una sonrisa en tu cara... :)

Título: "Gigantes de Acero" ("Real Steel")
Año: 2011
Origen: Estados Unidos / India
Director: Shawn Levy
Principales intérpretes: Hugh Jackman, Dakota Goyo y Evangeline Lilly
Duración: 127 minutos
Calificación: ☻☻☻☻☻☻☻☻

Comentó: Javier Parente, para OXIDO.-

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